Guías Colombia lanzó dos nuevos estudios de caso sobre la implementación de sus lineamientos (conozca los estudios de caso previos aquí): uno sobre la implementación de la Guía Colombia de cadena de suministro por parte de EPM; y, el otro, centrado en avances y aprendizajes locales de relacionamiento empresarial con comunidades, inspirado en la Guía Colombia sobre esta temática.
El estudio de caso de EPM describe el marco corporativo, las decisiones, acciones y avances de la empresa frente a su deber de respetar los derechos humanos e influir en sus relaciones comerciales. Particularmente, explora acciones de la compañía como la priorización de socios comerciales para optimizar su gestión e incidencia en materia de derechos humanos; la implementación de su compromiso político en materia de derechos humanos en su cadena de suministro; la identificación de riesgos e impactos en derechos humanos en la cadena de suministro; y la generación de capacidades en proveedores y contratistas. También abarca oportunidades de mejora que pueden ser aplicables a cualquier otra empresa con relación al desempeño en derechos humanos en sus cadenas de suministro.
Por su parte, el estudio de caso de avances y aprendizajes locales de relacionamiento empresarial con comunidades se centra en la experiencia de los “Encuentros para Conversar (ECO)” organizados por Guías Colombia en 2021 con líderes y lideresas comunitarios, organizaciones de la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales de cinco regiones de Colombia. Los Encuentros estuvieron inspirados en la premisa básica de que las personas y comunidades son el centro de la debida diligencia empresarial en derechos humanos, y permitieron conocer los avances y desafíos que persisten en el sector empresarial para desarrollar procesos de relacionamiento comunitario respetuosos de los derechos humanos.
Evento de lanzamiento: “Derechos humanos, comunidades y cadenas de suministro: aprendizajes empresariales”
El evento anual de Guías Colombia, celebrado el 22 de septiembre, fue el escenario idóneo para lanzar los estudios de caso. Contó con intervenciones de distintos integrantes de la iniciativa como Hugo Andrés Cárdenas, Jefe de la Unidad de Diversidad y Desarrollo de Proveedores de EPM; Mauricio López, Director Ejecutivo de la Red Colombiana del Pacto Global de las Naciones Unidas; Nelson Rivera, Subdirector Terapéutico de la Fundación Renacer; Laura Villegas, coordinadora de Cooperación internacional y Alianzas Estratégicas de la Unidad para la Atención y Reparación a las Víctimas (UARIV); y Norma Sánchez, directora de Naturaleza y Vecinos de la empresa de hidrocarburos GeoPark. Además, participó Mercedes Segura, directora de la Fundación Vida Digna, quien desde su experiencia comunitaria aportó perspectivas sobre el relacionamiento empresarial a nivel local. La moderación del espacio estuvo a cargo de Nataly Sarmiento, Directora de Empresas y Derechos Humanos de la FIP, que ejerce la Secretaría Técnica de Guías Colombia.
Durante el evento, María Victoria Llorente, Directora Ejecutiva de la FIP, resaltó “la importancia de Guías Colombia como un motor de generación de conductas empresariales responsables en derechos humanos en el momento en que más las necesitamos. Esto, teniendo en cuenta los enormes retrocesos ocasionados por la pandemia en el bienestar de las personas”. También señaló que los dos estudios de caso son "aportes esenciales alineados con el balance de la primera década de los Principios Rectores de las Naciones Unidas, que realza la necesidad de pasar de la manifestación de voluntades a la acción empresarial”.
Con relación a la gestión de los DDHH en las cadenas de suministro, Hugo Cárdenas, de EPM, indicó que “el respeto por los derechos humanos se debe entender como un 'todo' y ponerlo en práctica dentro y fuera de la organización es esencial, para que haya coherencia con las políticas de las empresas”.
Por su parte, Mauricio López, de Pacto Global, resaltó que “en una economía global como la actual, las cadenas de suministro son cada vez son más complejas. Son una oportunidad, pero también constituyen un riesgo que hay que manejar y mitigar, especialmente en organizaciones que no tienen un proceso eficaz de debida diligencia en DDHH”. Además, enfatizó que la debida diligencia “es muy real y se asocia con factores de competitividad de los negocios. El hecho de no ver el problema no necesariamente exime a las empresas de tener que gestionarlo y/o asumir las responsabilidades de no identificarlo”.
Nelson Rivera, de la Fundación Renacer, compartió la experiencia del sector turismo en la protección de la niñez, resaltando prácticas como la incorporación de cláusulas contractuales para empleados directos y socios comerciales con el fin de adoptar conductas y acciones en pro de esta población. Además resaltó que, para enfrentar el flagelo de la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, se configuró el estándar de conducta The Code, que se ha ido alineando con los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
En cuanto al relacionamiento con comunidades basado en el respeto de los DDHH, Mercedes Segura hizo un llamado a que “las empresas empoderen a sus equipos de trabajo y den respuestas claras y concisas a la comunidad y a la sociedad”. Agregó que “en la medida que la sociedad se empodera y tiene herramientas para dialogar con las empresas, se generan mejores procesos de convivencia".
Por su parte, Norma Sánchez, de GeoPark, reconoció que su gestión genera impactos positivos y negativos, y que están convencidos de que la forma de impulsar el desarrollo es tener una licencia social para operar, fundamentada en los derechos humanos. “Aprendimos que el respeto a nuestros vecinos se da desde las etapas de planificación; debemos reconocerlos y respetarlos en etapas tempranas a la ejecución de un proyecto y fortalecer la relación a largo plazo con las comunidades”, dijo.
Finalmente, la coordinadora de Cooperación internacional y Alianzas Estratégicas de la UARIV destacó que, desde la entidad, han “trabajado con algunas empresas para agregar valor a las políticas públicas. También hemos generado rutas de reparación colectiva contribuyendo a la integración social y económica de comunidades desplazadas por la violencia. Hemos construido una red de alianzas estratégicas, ya que tenemos cerca de 9 millones de víctimas registradas. Trabajamos de la mano de las comunidades para darle visibilidad a sus necesidades”.
Los estudios de caso sobre cadenas de suministro y de relacionamiento con comunidades son un reflejo de la apuesta estratégica de Guías Colombia por trasladar a la práctica sus lineamientos de debida diligencia en DDHH.