En Colombia, la confianza tiene pronóstico reservado. Datos recientes del Barómetro de la Reconciliación revelan que solo el 22% de los colombianos confían en sus vecinos. Sin embargo, el 71% cree que ellos los ayudarían, en caso de necesitarlo. Algo parecido ocurre con los empresarios. En general, se desconfía de este sector, pero hay una alta creencia en que las empresas pueden hacer algo para transformar la realidad, según el Barómetro de Confianza de Edelman.
Estos hallazgos indican que la confianza, por más fracturada que se encuentre, tiene enormes oportunidades para renovarse. Está probado que las sociedades con bajos niveles de confianza tienen menor capacidad y tardan más tiempo en superar crisis. Por ello, la FIP en alianza con Empresas Públicas de Medellín (EPM), ha diseñado la Ruta de la Confianza, una iniciativa que desde marzo empezó a recorrer los 12 municipios que hacen parte del área de influencia del Proyecto Hidroituango (PHI). La Ruta busca conectar personas, renovar lazos de confianza entre las comunidades, las autoridades locales, EPM y el PHI, y generar espacios de diálogo.
Desde hace cuatro años, la FIP, en su apuesta por aportar a la construcción de paz en Colombia, desarrolla una agenda enfocada, precisamente, a transformar las relaciones entre empresarios, autoridades locales y comunidades en regiones donde hay gran actividad empresarial y baja legitimidad de las instituciones, así como deterioro de la seguridad y la convivencia. “Le hemos apostado a una fórmula sencilla y prometedora: dialogar para generar confianza, tener mayor confianza para transformar las relaciones, y que estas relaciones renovadas impulsen la cooperación y el desarrollo”, explica la directora de Empresas y Construcción de Paz de la FIP, María Lucía Méndez.
Para medir la confianza entre sectores que tienen que relacionarse en entorno complejos, la FIP diseñó el instrumento YoConfío, que ha sido aplicado en varios municipios al comienzo y al final de iniciativas como la Ruta de la Confianza. La más reciente medición arrojó que el 56% de las personas que participaron, mejoraron su nivel de confianza.
“Con la FIP compartimos la idea de que, para transformar los territorios y las relaciones se debe partir de la generación de confianza y que el diálogo es una herramienta transparente, honesta y propositiva. También estamos de acuerdo en que los verdaderos cambios se dan cuando se reconoce que hay diferentes posturas para abordar los conflictos de forma pacífica”, dice el director ambiental del PHI, Robinson Miranda.
Entre 2017 y 2020, la FIP y EPM se encontraron en una iniciativa similar a La Ruta de la Confianza, cuando la FIP con el apoyo de USAID, lideró un proceso cuyo propósito era contribuir con la transformación de relaciones en tres territorios del país en los cuales existían tensiones entre sectores y presencia de operaciones empresariales. Uno de estos territorios fue el Cañón del Porce (Antioquia) donde las comunidades, las autoridades y el sector empresarial (principalmente EPM) tuvieron la oportunidad de construir escenarios de dialogo y nuevas formas de relacionamiento.
Tres estaciones
La Ruta de la Confianza tendrá tres estaciones o paradas lideradas por la FIP, que iniciaron en marzo y concluirán en noviembre de este año. En la primera se medirá cómo están las relaciones entre las comunidades, las empresas y las autoridades. Durante la segunda, se fortalecerán habilidades socioemocionales y capacidades para renovar la confianza. Y finalmente, la tercera estación buscará que el diálogo lleve a acciones que promuevan el trabajo colectivo. El proyecto cuenta con un equipo humano experimentado que está presente de manera permanentemente en el territorio.
EPM participa en la Ruta de la Confianza a la par que una líder de una junta de acción comunal o un funcionario de las alcaldías que participen. “Todos, desde nuestras realidades, buscamos lo mismo: el desarrollo territorial sostenible, el bienestar de la región y la armonía con nuestro entorno. Para esto debemos entender que la confianza es un valor colectivo que debe ser promovido y que el desarrollo solo es posible desde la cooperación”, agrega Miranda.
La Ruta de la Confianza no resolverá los conflictos que ya existen en el área de influencia del PHI, pero sí trabajará en nuevas formas para abordarlos, donde la clave es el reconocimiento del otro. “Para dialogar se necesita compromiso, paciencia, escucha y construir confianza. Esa es la apuesta de esta Ruta”, finaliza Méndez.