Aunque en etapas de posconflicto se suele centrar la atención en las víctimas civiles o población desmovilizada, se habla muy poco de la atención a los exmiembros de la Fuerza Pública que, durante su servicio, han sido afectados por la violencia. En convenio con la Cámara de Comercio de Bogotá, la Fundación Ideas para la Paz (FIP) realizó un estudio que busca dar el primer paso en la reflexión sobre lo importante que resulta construir una política integral que no solo fortalezca el proceso de rehabilitación física y funcional de exmilitares y expolicías considerados héroes de guerra, sino que, además, contribuya a la reconfiguración de sus proyectos de vida y los de sus familias.
La institucionalidad pública viene haciendo esfuerzos notables en materia de rehabilitación integral; sin embargo, es importante que el sector privado se involucre en el acompañamiento a esta población. Su participación y apoyo requiere de la suma de voluntades y de un liderazgo capaz de unir los esfuerzos de lo público y lo privado, incluyendo a organizaciones no gubernamentales que, desde hace varios años, también adelantan una labor con policías y militares discapacitados.
Más allá de sus iniciativas sociales o de Responsabilidad Social Empresarial, las empresas pueden aportar a la construcción de paz a través del apoyo a esta población y contribuir a la transformación de sus condiciones económicas y sociales de manera inclusiva.
El estudio de la FIP y la CCB, presenta un análisis de las consecuencias del conflicto armado en los miembros de Fuerza Pública; recoge algunas experiencias internacionales útiles para el caso colombiano, y hace una radiografía del panorama nacional sobre la protección y beneficios de los veteranos de guerra —tanto en términos jurídicos como de experiencias en inclusión económica y social—, en las que se resaltan las iniciativas que lidera el Gobierno Nacional y las ONG.
Además, presenta un mapeo de alternativas para la inclusión de esta población, así como los retos y oportunidades que se recogieron a través del trabajo de campo, y que permiten tener unos insumos mucho más contextualizados para desarrollar una estrategia piloto que vincule a las empresas en su atención.
Esta estrategia propone tres líneas de acción que incluyen educación, productividad e inversiones para necesidades específicas, y una línea transversal que busca promover acciones pedagógicas y comunicativas que refuercen el reconocimiento a esta población por su labor como héroes de la patria.