Con la participación de más de 100 personas provenientes de los 12 municipios del área de influencia de Hidroituango, autoridades locales y empresarios de Antioquia; así como académicos, expertos en medición de confianza y líderes en temas empresariales, la Ruta de la Confianza dio a conocer los resultados de su primer año de implementación. El encuentro profundizó en la importancia del diálogo como elemento fundamental para generar confianza y transformar las relaciones. 

María Victoria Llorente, directora de la FIP, manifestó que la confianza es el “pegamento de la construcción de paz”, que une esfuerzos en pro de la transformación de las relaciones para cambiar las condiciones de aquellos territorios más golpeados por el conflicto y la violencia. 

Panel
​​Nuestra directora, María Victoria Llorente, hizo parte del panel "La Confianza como herramienta para mejorar relaciones en entornos empresariales" junto a  Claudia Restrepo Montoya, de la Universidad EAFIT, Camilo Arango Osorno, de Comfama y Juanita Barrios Azconas de Edelman Colombia

“Hasta ahora, los resultados de la Ruta han sido muy esperanzadores para las comunidades, las autoridades locales de los 12 municipios, la misma empresa y, sobre todo, para nosotros en la FIP, que creemos realmente que el camino de construir confianza es el camino que tenemos que recorrer en Colombia”, añadió Llorente.  

Para la FIP, la experiencia de la Ruta de la mano con EPM, valida nuestra apuesta por entender la confianza y el diálogo como herramientas efectivas y sostenibles para la creación de nuevas soluciones que promuevan el bienestar, la generación de oportunidades, la articulación de esfuerzos y agendas de manera corresponsables.  

En el encuentro también participó Robinson Miranda, director Social, Ambiental y de Sostenibilidad del PHI, quien aseguró que “la FIP nos abrió los ojos y nos ayudó a mejorar la situación por la que veníamos atravesando, a transformar esas relaciones a partir del diálogo, a fortalecer la presencia de EPM y del Proyecto Ituango en un territorio con muchas complejidades y generar mayor cercanía tanto con las autoridades locales como con la comunidad, pues nosotros, aparte de generar energía, queremos generar desarrollo y lo estamos logrando a través de esta apuesta”.  

Las cuatro paradas de la Ruta  

La primera fase de La Ruta de la Confianza tuvo cuatro paradas o momentos: la primera de ellas, “diagnóstico”, permitió medir los niveles de confianza entre las comunidades, las autoridades locales de los 12 municipios y la empresa. En esta primera parada, el proyecto logró vincular a más de 400 participantes. 

En su segundo momento, denominado “formación para el diálogo”, la Ruta capacitó a 500 personas en 97 espacios de trabajo. Luego vinieron los “encuentros de diálogo”, 49 en total, que contaron con la presencia de 350 dialogantes entre autoridades locales, empresa y comunidades. Como paso final y producto de los diálogos realizados, se llegó a la “materialización de acciones de cooperación”, actividades que beneficiaron a 552 personas del área de influencia de la futura central Hidroituango y que giraron en torno a temas como la productividad, la participación ciudadana, la salud mental, entre otros.   

Participantes Ruta de la Confianza
Se demostró que a partir de la medición y la transformación de la confianza se pueden mejorar las relaciones e impulsar el crecimiento empresarial. 

“Fue un aprendizaje que se debe implementar en todos los territorios. Al principio no confiábamos en el proceso, pero a medida que comenzó, empezamos a transformarnos desde el interior. A través de estrategias y la conversación, generamos confianza y entendimos lo que había pasado y sanamos las heridas que teníamos. El diálogo lo puede todo”. afirmó la alcaldesa de Toledo, Astrid Elena Echavarría, dialogante de la Ruta. 

 “Nos pusimos de acuerdo porque aprendimos a dialogar y a escucharnos. Pensamos en las necesidades prioritarias y el capital con el que se contaba, construimos confianza y capacidad de entendernos”, dijo Dairo Antonio Agudelo, presidente JAC de Buenos Aires, Valdivia. 

La Ruta no finaliza aquí, es un proceso de largo aliento que se seguirá impulsando en una segunda fase que ya está en curso. Allí, la FIP continuará trabajando por el fortalecimiento de los espacios de diálogo para la incidencia pública, la formación, la generación de conocimiento y la vinculación de nuevos actores. 

 

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