En alianza con CentraRSE de Guatemala, la Fundación Casa de la Paz de Chile y Socios Perú, Guías Colombia (de la Fundación Ideas para la Paz) organizó una de las 22 sesiones paralelas, que tuvo como tema central la contribución de las iniciativas multiactor en la implementación de los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en América Latina. Dichas organizaciones participaron como panelistas y compartieron su experiencia de trabajo y el contexto de cada país.
De la generación de conocimiento a la práctica: transición clave
La sesión empezó con una reflexión sobre la importancia de que las iniciativas multiactor generen conocimiento escrito acerca de la promoción e implementación de los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (PRNU). No obstante, los panelistas indicaron que no es suficiente solamente con generarlo, sino que es clave llevarlo a la práctica y que se traduzca en acciones concretas y realizables por las empresas y Estados en el marco de sus responsabilidades de respeto y protección —respectivamente— de los derechos humanos.
Los panelistas indicaron que dar el paso del conocimiento a la práctica es una oportunidad para que las empresas puedan avanzar en sus procesos de debida diligencia en derechos humanos de manera más efectiva. Por eso, señalaron que, de la mano con la elaboración y formulación de guías y protocolos, entre otros, es necesario que las iniciativas multiactor elaboren instrumentos que permitan medir la implementación de dichas guías o protocolos, e identificar las brechas que tienen en la gestión de los asuntos de derechos humanos. Además, indicaron que es necesario que otros actores —como las organizaciones de la sociedad civil, las entidades estatales, entre otros—, acompañen a las empresas en estos procesos.
Más allá de los desafíos: buenas prácticas en la implementación
En un segundo momento de la sesión, los panelistas señalaron que, aunque la implementación práctica de estos instrumentos siga constituyendo un desafío, también deben reconocerse buenas prácticas como, por ejemplo, el valor agregado que supone desarrollar asuntos de empresas y derechos humanos bajo un enfoque multiactor.
Al respecto, también indicaron que, gracias a los diferentes puntos de vista y experiencias que caracterizan a quienes integran estos espacios multiactor, el diálogo es una fórmula efectiva para lograr la transición entre la generación de conocimiento y su puesta en marcha. Esto es posible en tanto estos espacios logran, entre otros, ser voluntarios; mantener la igualdad y horizontalidad entre sus integrantes; generar confianza entre los mismos; definir temas de interés común y construir sobre ellos; integrar actores claves, legítimos y representativos de sus sectores; contar con metodologías de trabajo innovadoras; regirse bajo un sistema de reglas básicas, e identificar acciones para definir planes a futuro.
Para mayor información de las organizaciones aliadas y su trabajo multiactor para el abordaje de los asuntos de empresas y derechos humanos, consulte: CentraRSE (Guatemala), Fundación Casa de la Paz (Chile) y Socios Perú.