Gracias al apoyo de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) en Colombia, la iniciativa multiactor Guías Colombia contó en su última plenaria con la participación de Dante Pesce, presidente del Grupo de Trabajo de Empresas y DDHH de las Naciones Unidas, quien presentó el informe “Relación entre la cuestión de las empresas y los derechos humanos y las actividades de lucha contra la corrupción”.
El punto de partida del informe del Grupo de Trabajo es que la corrupción tiene un impacto negativo en el disfrute de los derechos humanos, ya que donde esta se da hay también falta de Estado de Derecho y de acceso a la justicia, así como debilidad institucional y vulneración a los derechos humanos. El informe describe las buenas prácticas que pueden aplicar los Estados, las empresas y la sociedad civil para hacer frente a la corrupción cuando tiene repercusiones negativas para los derechos humanos en el contexto de las actividades empresariales. Todo ello con miras a prevenirlas y garantizar el acceso a la reparación. También, el Grupo de Trabajo plantea cómo las prácticas empresariales responsables en relación con los derechos humanos y las actividades de lucha contra la corrupción pueden reforzarse mutuamente.
Pesce destacó tres mensajes claves del Informe:
- Los Estados y empresas deben prevenir la corrupción y los abusos de los derechos humanos relacionados con las empresas, fomentando una conducta empresarial responsable y una cultura de integridad. Esto requiere de un enfoque de lucha contra la corrupción que se base y ponga en el centro a los derechos humanos.
- Para lograrlo, la independencia del sistema judicial es muy importante.
- La captura regulatoria del Estado es una forma de corrupción asociada con el lobby opaco que ejercen algunas empresas y que, en ocasiones, se contradice con el lobby transparente que realizan.
En su intervención, Pesce también enfatizó en la importancia de entender la integridad como parte de la cultura de las empresas y cómo, a su vez, es un reflejo del comportamiento, las prácticas y las actitudes de sus líderes. Una cultura organizacional basada en la integridad se debe acompañar de medios de implementación, que son los recursos necesarios, la evaluación y los incentivos que dispone una empresa para su cumplimiento.
Los integrantes de Guías Colombia destacaron la pertinencia del tema en el contexto actual, donde la reputación y viabilidad de las empresas depende cada vez más de su ética y responsabilidad social. La plenaria profundizó en cómo los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos (PRNU) fueron planteados desde su origen proponiendo una mezcla inteligente de medidas —desde voluntarias hasta vinculantes—, y cómo en el contexto europeo los PRNU se están moviendo del soft law al hard law. Eso sucede cuando son incorporados a marcos normativos de obligatoriedad, dado que los esfuerzos voluntarios (del soft law) aún no son suficientes para normalizar las prácticas anticorrupción y de derechos humanos.
Al final, se concluyó que las mayores oportunidades de conductas responsables en las empresas, cuando hablamos de anticorrupción y derechos humanos, están en los gobiernos corporativos. También se resaltó que los espacios de intercambio entre pares son muy importantes, ya que permiten conocer cómo otros están llevando a la práctica estas expectativas de conducta.
Este tipo de encuentros entre Guías Colombia y expertos en materia de empresas y derechos humanos, le permitirá a la iniciativa determinar la temática para producir un nuevo lineamiento relevante que contribuya a seguir fortaleciendo la gestión empresarial en derechos humanos en el contexto colombiano