Esta columna de opinión se publicó en Migración Venezuela, un proyecto de la Revista Semana el 8 de octubre de 2020

La percepción del colombiano frente al migrante venezolano es negativa. Según una encuesta del Proyecto Migración Venezuela, solo el 37% de los participantes está de acuerdo con que los venezolanos representan una oportunidad para el desarrollo de Colombia. Otra más revela que el 71% de los encuestados tiene una imagen desfavorable de los venezolanos que han llegado a Colombia para quedarse, lo que hace más difícil que estos jóvenes consideren realizar su proyecto de vida en este país.

Al migrar, muchos jóvenes se encuentran solos durante el recorrido, lo que los hace vulnerables al abuso y a la explotación sexual. Además, varios grupos criminales están reclutando forzosamente a mujeres y jóvenes venezolanos entre los 16 y 25 años.

Otro tema complejo es el laboral. En Colombia, la tasa de desempleo juvenil se encontraba en 20.5% para marzo de 2020, superando en ocho puntos la tasa de desempleo general; si conseguir trabajo es difícil para los jóvenes colombianos, para los venezolanos puede serlo mucho más.  

También existen barreras para los migrantes a la hora de acceder a puestos formales, como la falta de documentación necesaria y el desconocimiento sobre la normatividad laboral, lo que hace que la mayoría de ellos se encuentren en la informalidad y sin afiliación a seguridad social.

 

Las oportunidades

A pesar de este panorama, la situación para los jóvenes migrantes puede mejorar. Y es que, según la OCDE, la migración trae consigo población con habilidades que contribuyen al desarrollo del capital humano en los países de acogida, sobre todo de los jóvenes, que están mejor educados que los migrantes cercanos a la edad de retiro.

Así, pues, como primera medida es necesario caracterizar los jóvenes migrantes para conocer su nivel educativo, ocupación y expectativas en el país, debido a que la información que existe sobre ellos es muy limitada.

Para que su inclusión sea exitosa, es preciso involucrar a actores clave. Uno de ellos es el empresariado, que puede ofrecer condiciones laborales dignas para brindarles estabilidad económica a los migrantes y lograr que se establezcan en el país.

Uno de los obstáculos para contratar a migrantes es el desconocimiento del empresariado sobre los requisitos para emplear a esta población. Por lo tanto, el Gobierno podría implementar medidas para fomentar la contratación de migrantes en las empresas, por medio de campañas y acompañamientos que informen sobre la normatividad para realizar este proceso. De igual forma, podría simplificar la tramitación de los permisos de trabajo y la validación de los estudios, con el fin de que los jóvenes puedan acceder a trabajos acordes a su nivel educativo.

Bien es sabido que “los jóvenes son el futuro del país”. No importa la nacionalidad que tengan.

 

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