A solo diez días de su posesión, el presidente Iván Duque presentó su agenda para la reactivación económica ante un auditorio de representantes gremiales y empresarios. En ella, tal como lo hizo en campaña, esbozaba un país que crece a más del 4% de la mano de un sector privado formal, innovador, con menos carga tributaria y altamente competitivo. Como lo han hecho las naciones modernas, Duque incorpora al empresariado, de manera directa y protagónica, en la agenda de desarrollo del país. Sin embargo, este propósito, que hasta ahora se ha visto con mayor claridad en la Ley de Financiamiento —y más recientemente en el Plan de Desarrollo—, pierde fuerza en la Política de Estabilización pues el papel que se le asignó al sector empresarial en la implementación de la paz es secundario.

Hoy, un año después de haber asumido la Presidencia, la política Paz con Legalidad sigue siendo la guía que orienta la implementación del Acuerdo de Paz. El presente documento pretende hacer un análisis del papel del sector empresarial en dicha política y presenta una serie de reflexiones para fortalecer el rol del sector empresarial en la estabilización.

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